La serotonina es un neurotransmisor que tiene la capacidad de modular el estado de ánimo; pues bien, el 95 por ciento de la serotonina es producida en el intestino, por lo que un correcto funcionamiento del aparato digestivo y un cuidado adecuado del mismo son básicos para el bienestar emocional. Toda una red de neuronas y todo tipo de neurotransmisores conectan las paredes del estómago y el intestino con el córtex cerebral enviando información de lo que pasa en el aparato digestivo y cómo se desarrolla la digestión.
Por esta razón, si tenemos una inflamación crónica y sutil de las paredes del estómago y del intestino (por una mala alimentación, por un déficit de flora intestinal…), se produce una disminución en la producción de éstas sustancias afectando al equilibrio emocional, pudiendo producir ansiedad o depresión.